jueves, 23 de julio de 2015

Cintas de correr

Como bien sabes, correr (ahora llamado running) está muy de moda, quema calorías, nos pone en forma, nos hace sentir bien,... en definitiva nos engancha, sin embargo en determinadas ocasiones la climatología hace que sea del todo imposible calzarte las zapatillas y salir a la calle a practicar tu deporte favorito, ¿la solución? lleva en las salas de musculación de todos los gimnasios del mundo desde hace años y años, las cintas de correr, pero ¿las conoces?, ¿sabes realmente sus pros y sus contras?

Lo primero que tienes que saber es que no hay ningún estudio de demuestre que corriendo en la cinta te lesiones más que corriendo por la calle, es más, personalmente lo considero más seguro ya que no hay tráfico, peatones, bordillos, árboles, ningún tipo de mobiliario urbano, ni tampoco los elementos que te vas a encontrar en el campo a la hora de salir a correr, ahora bien, puede resultar monótono y aburrido, pero como se suele decir y ya he dicho en alguna que otra ocasión, para gustos los colores.


Eso sí, ten las cosas claras a la hora de usar una cinta de correr:


- Es más fácil caerse en la cinta que en la calle, así que controla bien la velocidad y céntrate en tu entrenamiento.

- Usa al menos un 1% la pendiente, simula la resistencia del aire, aumenta el gasto energético y protege tus rodillas.

- Cambia el tipo de pisada, trabaja la pisada de medio pié, como la cinta va en la dirección contraria a la que nos movemos, se produce una cizalla en nuestro talón (si pisamos de talón) que se transmite al tobillo y a la rodilla. Si cambiamos nuestra pisada a los dedos de los pies, esta cizalla casi desaparece.

- Evita ir dando saltos, sabrás que lo haces si te miras en el espejo y ves que tu cabeza sube y baja a cada zancada.

Y unas consideraciones que debes tenerse en cuenta en tu entrenamiento en la cinta:


- La mecánica del gesto. La técnica de carrera sobre es levemente diferente de la que haces en terreno firme, sobre la cinta corremos para no irnos hacia atrás, y no para avanzar hacia adelante como ocurre en el suelo. Por eso, la longitud de la zancada en la cinta suele ser un poco más corta, y en consecuencia el trabajo de los isquiotibiales es menor que si corrieras por la calle y llegaras a extender por completo la pierna en cada zancada.

- El impacto articular. En la cinta hay siempre un menor impacto sobre las articulaciones del tren
inferior (tobillos, rodillas), aunque esto variará mucho en función de la máquina y de la técnica del corredor. En la cinta de correr de gama baja la amortización es de tipo basculante; en las cintas de correr de gama media es debida a una banda sutil de caucho, en las de gama alta se emplean resortes, aire comprimido, bandas sutiles de caucho o sistemas mixtos, dados por la combinación de dos de los sistemas de amortiguación precedentes. Se llega a dar el caso que algunos fabricantes crean sistemas de amortiguación y amortiguadores propios y sofisticados que controlan y calibran automáticamente la respuesta elástica de la superficie de carrera.

- El gasto energético. Sobre la cinta casi no hay inercia, no hay resistencia del aire y además el consumo de oxígeno suele ser menor a la misma velocidad, mantener un ritmo concreto cuesta menos, luego es necesaria menos energía para mantener un rendimiento similar al de correr en el exterior.

En tus gustos y preferencias estará usar más o menos la cinta de correr, la verdad es que es un elemento bastante cómodo, da igual la climatología, el terreno siempre es liso, permite controlar todos los parámetros relacionados con tu entrenamiento,... sin embargo mi recomendación es que corras fuera, que salgas a la calle y disfrutes de tu entorno, de vez en cuando por lo menos.



photo credit: Running on a treadmill via photopin (license)

photo credit: Treadmill via photopin (license)

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