lunes, 27 de octubre de 2014

Entrenamiento en ayunas, sí, no, ¿por qué?

Me gustaría hacer contigo un juego de visualización, es muy sencillo y solo necesitas tu propia imaginación. Cierra los ojos y piensa en el coche deportivo que más te guste, su color, sus líneas, sus ruedas,... ahora quiero que visualices la tapa del depósito de la gasolina precintada, te dieron las llaves del coche y te dijeron que el depósito estaba lleno, de lo que no te informaron es de cuándo podrás repostar de nuevo, para terminar esta parte del ejercicio imagina ¿cómo sería tu conducción?

Ya que hiciste la primera parte, vamos con la segunda y última, cierra de nuevo los ojos y piensa otra vez en el mismo coche deportivo, igual color, líneas, ruedas,... ahora quiero que visualices que junto con las llaves te dan una tarjeta con crédito ilimitado, y de nuevo imagina ¿cómo sería tu conducción?

Pues bien, algo así pasa con tu organismo, tu cuerpo no sabe cuándo vas a "repostar" de nuevo, y salvo que la entrada de alimentos sea relativamente frecuente, su reacción será la de ralentizar el gasto y aumentar las reservas, es decir, justo lo contrario de lo que pretendes.

Es probable que en más de una ocasión hayas escuchado que es muy bueno hacer deporte en ayunas para quemar grasa, es una barbaridad, simplemente, según los últimos estudios realizados en 2010, se avalaron ciertos datos fiables de hacer ejercicio en ayunas. Una de las conclusiones fue que durante un largo ayuno el gasto de energía aumenta entre un 3 y un 10%.

La explicación a esto es fácil, y es que cuando a nuestro organismo no le entra comida los niveles de estrés empiezan a subir para cubrir esa falta de alimentos y, por consiguiente, los niveles de energía son más elevados.

Ahora bien, estamos hablando de largos periodos de ayuno, no de saltarte el desayuno, sabiendo que a estos largos periodos de ayuno se les asocia otros problemas para la salud, a ti, con suerte, saltarte el desayuno e irte a correr lo más que te puede pasar es que te marees y te tengan que ayudar para no caerte al suelo.

Te voy a explicar de forma muy sencilla qué es lo que pasa en tu cuerpo con la comida cuando comes, los carbohidratos que a diario consumimos aportan glucosa, que nuestro cuerpo almacena, en forma de glucógeno, en nuestro hígado y en nuestros músculos para luego ser utilizada como energía al practicar actividad física, y para alimentar a nuestro cerebro y sistema nervioso (que es casi lo único que comen), cuando consumimos calorías de más, como el cuerpo no tiene forma de guardarlas como glucógeno, las transforma en grasa y las almacena en los adipocitos (células especializadas para ello) en nuestro tejido adiposo.

Luego el problema no es ingerir o no ingerir, sino cuánto debes ingerir.

Ahora bien, ¿sabes qué es lo que pasa cuando no aportas toda la energía que tu cuerpo necesita?
pues resulta que cuando haces deporte sin haber desayunado, pensando que así vas a quemar más grasa, en parte tienes razón porque sí es grasa lo que vas a eliminar siendo usada como energía en esta actividad, pero como no hay glucosa disponible o sus niveles son muy bajos debido al período de sueño en la cual se gastó, esta grasa para ser metabolizada y después ser utilizada como energía necesita un poco de la glucosa, de que no hay por el período de ayuno, así que el cuerpo va a echar mano de los aminoácidos para generar algo de glucosa para alimentar el cerebro, sistema nervioso y otros órganos. Todo esto lo que ocasiona es una pérdida inevitable de masa muscular.

Conclusión, si el riesgo es mayor que los beneficios obtenidos, quizá no merezca tanto la pena, cuando vayas a entrenar, sobre todo si es por la mañana, toma un desayuno ligero, luego entrena, y después vuelve a darle a tu cuerpo un desayuno más completo.



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